Rejuvenecimiento con láser

En la actualidad, donde el corre corre del día a día y la competencia laboral no tienen límites y el tiempo es escaso, la cirugía plástica lucha por restituir ese aspecto juvenil que el pasar de los años se encargó de borrar del rostro. La tecnología láser logra esto con una mínima convalecencia y con resultados similares a un estiramiento facial.

Así, los procedimientos superficiales (transdérmicos) y los mínimamente invasivos (endodérmicos) prevalecen actualmente sobre los tratamientos convencionales, explica el cirujano plástico Diego Sgheiz. Es aquí precisamente donde apuntan las terapias láser, las cuales brindan:

No cicatrices visibles
Sin señas de que se haya realizado algún tratamiento.

Sin mayor incomodidad durante o después del procedimiento.

Regresar a las actividades cotidianas en pocas horas.

Un aspecto suave y natural al rostro.

La frenética vida actual hace que cada vez sea más difícil ausentarse por largos días, por eso este sistema conocido mundialmente como LLF (Lunch-time Laser Facelift) se encuentra en boga.

“Obviamente, los profesionales debemos conocer los alcances reales de este procedimiento, saber exactamente sus ventajas y limitaciones para transmitirlas a nuestros pacientes y no crear falsas expectativas”.

¿En qué consiste el LLF?
Procedimiento que consta de dos etapas: la primera, con mínima anestesia local, se introduce a nivel subdérmico la fibra conductora del láser, la cual mide medio milímetro de diámetro, formándose una malla de soporte por la retracción creada por el efecto calórico del rayo láser. Esto ayuda a la estimulación en la producción de colágeno y elastina. Toma 40 minutos.

En la segunda, sin anestesia, se realizan tres sesiones de láser externo, complementando la primera etapa más profunda. Esto reordena el colágeno y elastina formados, mejorando considerablemente la textura y el aspecto de la piel. Toma 20 minutos.

Estos procedimientos aumentan progresivamente el espesor de la piel, mejoran la firmeza y humectación, reducen arrugas y finas líneas de expresión. Se disminuyen manchas y vellos.

Los resultados son evidentes y el mantenimiento es recomendable para que dure por largo tiempo. Los candidatos idóneos son pacientes de mediana edad, que todavía no necesitan un estiramiento facial convencional o que no desean someterse a un procedimiento quirúrgico.

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