Rumiar pensamientos: Camino a la ansiedad
Si bien los psicólogos dicen que cierta dosis de reflexión tiene consecuencias positivas para nuestra calidad de vida, ofuscarnos en nuestros pensamientos es contraproducente para la salud mental.
La introspección obsesiva es la antesala de la ansiedad y las depresiones, según los resultados de este estudio.
El informe fue elaborado por BBC, en colaboración con psicólogos de la Universidad de Liverpool. Revela que dedicar mucho tiempo a rumiar nuestros problemas es un camino directo a la ansiedad.
Los profesionales de la salud ya coincidían en que darle demasiadas vueltas a los problemas no acerca a su solución.
Esta nueva investigación llega a asegurar que es mayor el impacto psicológico del pensamiento compulsivo que el del propio problema que creemos estar resolviendo.
En total 32.827 personas de 172 países participaron en el test. “Hemos descubierto que los individuos que no rumian sus problemas ni se culpan por las experiencias negativas de su vida tienen niveles de depresión mucho menores que los que sí lo hacen”, aseguró Peter Kinderman, el profesor de psicología clínica que lideró el estudio.
La mente humana es una máquina compleja y existe consenso en que no hay una única causa para la depresión y la ansiedad. Eso sí, algunos factores tienen más impacto que otros.
El estudio mostró que los traumas que más inciden en el desarrollo de una depresión son el abuso sexual o haber sufrido de acoso escolar o bullying durante la adolescencia. Le siguen los problemas familiares, la educación, el salario, las relaciones personales, estatus y la inclusión social.
“Pero estos traumas por sí mismos no fueron la única causa”, dice Kinderman. Entre los agentes que agravan esos problemas, rumiar se mostró más nocivo que autoculparse.
Impacto de los problemas mentales
Una de cada cuatro personas sufre algún trastorno mental durante su vida.
Es una de las principales causas de discapacidad a nivel global, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud.
Solo en el 2010 las enfermedades mentales tuvieron un costo mundial de 2,5 billones de dólares, informó el Foro Económico mundial.
Los psicólogos han llegado a calificar esta manía de magnificar nuestros problemas reproduciéndolos una y otra vez como una enfermedad mental “silenciosa”. Su impacto en nuestra salud es frecuentemente subestimado, pero juega un papel en casi cualquier problema mental, desde el trastorno obsesivo compulsivo hasta los trastornos de la alimentación.
Un mensaje positivo
Ellie Pontin, psicóloga clínica también involucrada en la investigación, dice:
“Es muy duro escuchar que tus problemas están causados por algo que sucedió en el pasado y no puede ser cambiado. Sin embargo, la manera en que piensas sobre ellos es algo que los pacientes pueden controlar”.
“Ayudar a alguien a afrontar sus procesos de negatividad no es una tarea única de los psicólogos clínicos. Otros profesionales de la salud pueden ser entrenados para ofrecer a sus pacientes trucos psicológicos y técnicas que ayuden a cortar la espiral de negatividad”, dice Angela Clow, profesora de Psicofisiología en la Universidad de Westminster.
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