Dos solteros
Comparto la historia de dos solteros que me jalan de los pelos, me provoca abofetearlos y ni el uno ni el otro pueden ver lo que yo veo.
Por un lado está este tipo, que coquetea con los 50, es más bien bajo, flaco, calvo, bastante monotemático en su conversación, le importa mucho el tema de los apellidos, del abolengo y la vaina. No es deportista, ni simpatiquísimo, para nada el alma de la fiesta. El eterno soltero, pero como es obvio, no es que es el soltero codiciado, es solamente soltero. El señor en cuestión maneja un carro caro, tiene su departamento bien puesto y al parecer un trabajo estable.
De todo lo descrito anteriormente el balance es neutro, dicho sin pelos en la lengua, no es que en el físico ni en simpatía gane, pero tiene su estabilidad económica y tal; entonces en teoría queda en neutro, yo lo dejara en negativo porque nada me molesta más que el que se cree algo por la platita que heredó, pero dejémoslo en empate por si las flies.
Ahora cuál es mi punto, quisiera saber ¿qué se cree el tipo que no acepta salir con ninguna mujer que tenga 3 libras de más, ni que no sea “conocida”, ni que tenga el look perfecto, ni que parezca de revista? ¡Peor aún, cuidadito y tiene más de 35! Yo sé a veces la gente mete un gol, pero, realísticamente, ¿cuáles son sus chances? Por qué si en escala valórica él es un vulgar 5; entonces, ¿qué se cree que exige mínimo un 9?
El resultado de la historia es que sigue soltero, casi cincuentón e insistiendo a las amigas para que “lo saquen” con aspiraciones que jamás lo voltearán a ver.
Caso similar, el de esta chica, que se vive quejando de que en Guayaquil no hay nadie interesante, que los hombres son feos, que la gente es tercermundista, que no hay discotecas buenas, que en los restaurantes hay en todos lo mismo, que los hombres de su edad solo quieren peladitas, que los viejos le dan asco, que los peladitos son babosos inexpertos.
Ella pasa endeudada hasta los dientes, pero eso sí, tiene una cartera que cuesta casi mil y eso la hace sentirse ganadora, es demasiado cool para una inferior. Trabaja en una empresa súper prestigiosa, en un cargo pichirrio, pero no importa, no se cambia por nada, ya que es el chance para levantarse a alguien “con clase”.
Empezó a salir con un tipo chévere, pero lo dejó porque en temporada se dio cuenta que no era socio del Yacht, y fue ahí que se le prendió el radar y averiguó que tampoco era socio del Club de la Unión; entonces, asumió que era un "cholo de cuarta" y tuvo que descartarlo.
Salió con un gringo muy interesante, pero tocó botarlo porque jamás había salido de USA y eso implicaba que era pueblerino, muy poco para su estándar.
Entonces, y para terminar, los dos, tanto él como ella, prefieren “estar solos que mal acompañados”, pues que no se quejen digo yo.
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